domingo, 23 de junio de 2013

El lavado de cerebro

Cuando se compara la producción de tecnología de España  con la de otros países, como Corea del Sur,  Israel, Holanda o Finlandia,  sin necesidad de mencionar  Alemania, Estados Unidos y Japón, salta a la vista  que tiene que haber muchas cosas  que estamos haciendo rematadamente mal, más allá de los recortes de los últimos 4 años. Si no me creen, lean el nombre del país al final de la frase "Made In.." de todos los productos con cables, programas de ordenador, productos farmacéuticos y cosméticos,  que usan cotidianamente.  

Los científicos  podemos (y teniendo en cuenta recortes y secuestros, debemos) seguir pidiendo más dinero,  pero si lo conseguimos,  ¿habrá dentro de  20 años  en el mercado  productos tecnológicos españoles que compitan con los de Corea del Sur?.    Yo creo que  no, a no ser que además hagamos cambios radicales en nuestro sistema educativo y en nuestra manera de pensar.  Durante los  17 años en las aulas (sin contar el doctorado), toda mi generación (y me temo que las siguientes)  fue  sometida  a un prolongado lavado de cerebro que, aunque nadie planeó, fue y sigue siendo igualmente pernicioso.  El lavado  que permite que aflore una sistema de I+D en el que nos apañamos con la I, pero somos un desastre con la D.  Veamos:

* El alumno como un receptor pasivo de conocimiento.  O sea, que lo que consideramos una clase normal en España consiste en un profesor hablando y 30 chavales sentados tomando apuntes.   Recuerdo que, salvo episodios muy específicos, como que  abrimos  un mejillón en clase de biología en 6 de EGB,  trajimos  algunas piedras a clase  en 7, y con el profesor de 2 de BUP anduvimos enredando con cajas de cartón y clips para fabricar "modelos atómicos" ,  todo lo demás fueron miles de horas de "clases normales".

* El conocimiento como algo  abstracto. Durante mis 5 años de carrera ni uno solo de mis profesores trajo jamás un experimento a clase: ni un laser, ni un imán, ni una  pila con una bombilla, un voltímetro. Compárese esto con los cursos  de física del mítico Walter Lewin en MIT en los que en cada una de las clases realiza un experimento en clase. Y no es únicamente MIT, las demostraciones en clase son la norma en Estados Unidos.   En España,   un estudiante de derecho puede pasar la carrera entera  sin hacer una simulación de un juicio.  Y durante mis estudios de física, era infrecuente que nos hablasen de las aplicaciones de lo que estábamos estudiando.  Por ejemplo,  nadie nos contó como funcionaba un motor eléctrico o una resonancia magnética nuclear.

* El conocimiento como algo compartimentado y rígido.  Durante mi vida tuve que decidir entre alternativas que me fueron presentadas, de forma artificial,  como absolutamente excluyentes:  ciencias o letras, Física o Química, Física o Matemáticas, Física teórica o Física de la Materia Condensada.  Aun a día de hoy, cuanto tengo que pedir proyectos debo optar entre el Física o Ciencia de Materiales, y  las plazas de profesor salen (salían, que ahora no hay)  por áreas de conocimiento que son compartimentos estanco, al igual que los departamentos con nombre y apellidos (Física Teórica, Química Analítica).

El conocimiento como la norma, y no como la excepción.  La educación, con sus temarios,  sus asignaturas, la carrera con sus especialidades,  inducen en el  alumno  la ilusión, errónea, de que la frontera del conocimiento es algo lejano y remoto,  y que la ignorancia es más bien la excepción.

*  La Universidad de pueblo.   Por lo general, el estudiante español estudia en la Universidad de su ciudad donde dan clases profesores que han estudiado en esa misma universidad, y ese paisaje es el que define sus horizontes.  El estudiante es así criado en una burbuja en la que permanece ignorante de que  va a tener que colaborar y competir con estudiantes y profesores de todo el mundo y que para ello tendrá que comunicarse en inglés.

El mundo académico que vive de espaldas al de la empresa (y viceversa).      Si pasas 17 años con profesores que son funcionarios o aspiran a serlo, en centros de educación públicos, no tienes muchas oportunidades de ver como funciona una empresa. Si encima el discurso de los más ruidosos es el que alerta permanentemente contra la "privatización"  y estigmatiza el mundo empresarial y el ánimo de lucro es algo casi obsceno,  no cabe esperar que se promueva una actitud emprendedora por parte de los jóvenes.   En mis 17 años en las aulas (y podemos sumar 4 más de  doctorado),   jamás se  organizó  una actividad en la que un empresario nos contase  su experiencia,  nunca me dieron   ejemplos de start-ups.  Por todo esto, las encuestas muestran que la mayoría de los universitarios aspira a ser funcionario o trabajar por cuenta ajena, y únicamente una pequeña minoría aspira a montar un negocio.

Aunque quizá esté cumpliendo varias misiones sociales con una eficiencia aceptable,  para mi es evidente que el sistema educativo español desactiva tenazmente varias de las facetas que son cruciales para convertir el conocimiento en dinero y también para la investigación auténticamente innovadora.    Así,  tenemos  años sentado en un pupitre a un chaval, tomando apuntes sobre conocimientos teóricos,  de cuya aplicación en la vida real no se habla,  se le  presenta el mundo como algo pequeño (su ciudad),  no se habla apenas de lo que NO se sabe ni de las tecnologías que todavía no existen pero serían posibles y se ponen muros junto donde es más probable que emerjan los grandes descubrimientos, en las frontera entre diferentes disciplinas.  El alumno no oye jamás nada (bueno)  sobre empresas y empresarios de verdad, y se educa  rodeado de funcionarios que en su día fuimos sometidos al mismo proceso.   Creo que deberíamos reflexionar sobre estas cosas.




2 comentarios:

  1. Creo que estás claramente desfasado. En primaria y secundaria, estás describiendo cómo era la educación hace 20 años, no ahora. Precisamente, la LOGSE cambió muchísimas de las estrategias didácticas... y fue muy criticada por ello. Un ejemplo: la introducción de la asignatura de Tecnología, que fue muy criticada pues sólo el conocimiento "libresco" era importante. En la universidad, por desgracia, la docencia sigue pareciéndose más a lo que cuentas.

    En cuanto a la relación entre la universidad y la empresa, es más compleja de lo que describes. El objetivo de la universidad NO es formar empleados para las empresas, no lo olvidemos. Además... ¿hay mucho que aprender de los empresarios españoles?

    Los problemas científicos y tecnológicos de España no son problemas educativos. Los problemas radican en una enorme concentración de la riqueza y una demanda interna débil. El empresaurio español no invierte en mejoras de productividad, prefiere la producción intensiva en trabajo barato y fácilmente despedible. Más aún con las últimas reformas, como es lógico.

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  2. En efecto, estaba describiendo las cosas de hace 25 años, que es cuando acabé la secundaria. Lo de la Universidad es de ayer por la tarde.

    Todo es más complejo de lo que describo, esto es un blog, no una cámara de fotos. La distancia que va de organizar " una actividad en la que un empresario nos contase su experiencia" a "formar empleados para las empresas" viene a ser la misma que pedir un poco de educación vial y convertir la Universidad en una autoescuela.

    ¿Hay mucho que aprender de los empresarios españoles?. A mi me gustaría aprender de los líderes de Mercadona e Inditex.

    Pero vamos, si usted piensa que los problemas científicos no son también educativos debería concluir que somos más tontos que los coreanos.

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