sábado, 1 de junio de 2013

Investigación o gin-tonics subvencionados, esa es la cuestión


Son las 7 de la mañana del 1 de junio y la Secretaría de Estado de I+D+I (Investigación, Desarrollo e Innovación) sigue sin lanzar la convocatoria de proyectos de Investigación del trienio 2014-16,  y mantiene secuestrados los fondos de los proyectos ya evaluados, ya aprobados, y ya formalmente en marcha, correspondientes a 2013-15.    Como quiera que la convocatoria de proyectos suele lanzarse con 12 o 13 meses de antelación con respecto a la fecha de comienzo,  llevamos así un retraso de 5 meses  con respecto al calendario habitual.

Mi orgullo me impide volver pedir que la Secretaría de Estado haga su trabajo,  libere los proyectos secuestrados y ponga en marcha la convocatoria del año que viene.  Como el sentido común, las cartas de la RSEF,  los artículos del Nature  y las buenas razones no funcionan propongo que  probemos con la demagogia,  tan del gusto de nuestros políticos.   Señora Secretaria de Estado, señores ministros De Guindos y Montoro, señor Rayoy,  lo que está aquí en juego es si somos un país que mantiene y mejora su I+D, o somos un país de gin-tonics.   De momento, nuestra clase política ha aprobado la subvención de los gin-tonics en la  cafetería del parlamento. Los gin-tonics, los cafés, los churritos,  los menús,  que está la cosa de llegar a fin de mes muy achuchada para esta pobre gente.

Se trata de un millón de euros de subvención.  Con un millón de euros se pagan, en promedio, unos 7 proyectos de investigación. Eso son 7 laboratorios que igual no cierran.  Laboratorios como el de mi estimado colega Carlos, que está pendiente de la puñetera convocatoria del año que viene. El primer  laboratorio de bajas temperaturas de la Universidad de Alicante, montado con sus manos.  De ese laboratorio han salido varios doctores (una está ahora trabajando en Stanford, otro en Leiden, otro en Liverpool, otro en Costa Rica de profesor). De ese laboratorio salió el único artículo en Nature de la Universidad.   En ese laboratorio se han invertido, en la década que lleva en marcha,  miles de horas de trabajo de empleados públicos, y centenares de miles de euros en equipo, en helio líquido, en herramientas....

 En ese laboratorio hay ahora un estudiante de doctorado haciendo su tesis, que el año que viene quizá no pueda continuar.  Porque  un laboratorio sin dinero no puede funcionar.  Y si cortan los proyectos un año,  el laboratorio puede cerrar.    Y la gente que tiene que hacer el sobre-esfuerzo de investigar en la Universidad, donde la mitad de los profesores  se tocan la barriga, puede decidir que a partir de ahora ellos también se van a tocar la barriga, y a tomar gin-tonics subvencionados en la cafetería de la facultad, que también los tenemos allí.    Da miedo pensar la cantidad de gin-tonics para parlamentarios que se podrían haber subvencionado si el estado no hubiera hecho ese esfuerzo con el dinero de todos, para ponerlo ahora en peligro.

Estamos de acuerdo en que con el millón de la cafetería del parlamento, no se arregla el problema.  Pero es que únicamente el gobierno de la nación tiene unos 300 asesores, que es algo así como el 10% de la plantilla de investigadores del  CSIC.   Tenemos 50 diputaciones. La de Alicante tiene mil empleados.  Vayan echando números. 17 parlamentos de las Comunidades Autónomas, con 17 cafeterías y unos dos mil diputados.   Tenemos 10 mil pueblos, que organizan 10 mil fiestas populares,  perfectamente subvencionadas.  Tenemos comunidades autónomas arruinadas que avalan a clubes de fútbol arruinados.  Tenemos televisiones autonómicas públicas con mil millones de euros de deuda.   Y todo esto en entrar a lo de los sobresueldos, los ERES falsos, y  el  big-bang de corrupción y podredumbre con el que nos desayunarnos todas las mañanas.

Pero vayamos al fondo de la cuestión, que ha quedado retratado en el siguiente titular: "Las pensiones  bajarán al ritmo al que suba la esperanza de vida".   Ese es el futuro al que nos conduce  nuestra clase política.  Un futuro en el que tendremos que elegir entre morir deprisa o envejecer pobres.  ¿Por qué?.  Porque nuestra clase política sabe que subvencionando gin-tonics no vamos a generar el aumento de productividad necesario para enriquecer el país y poder permitirnos aumentar las pensiones.  Porque no confían en que España invente la droga que curará el Alzheimer y generará una industria multimillonaria. O el cancer. No vamos a descubrir  el material que revolucione la industria fotovoltaica, y que la haga rentable sin una pesadilla de subvenciones.  No convertiremos el ITER en realidad, haciendo posible la obtención de energía casi ilimitada.

Desde aquí quiero  pedir una rebelión contra la mierda de futuro que nos proponen nuestros políticos. Una rebelión basada en la investigación para resolver los problemas de la gente,  para liderar las próximas revoluciones tecnológicas y para tener un futuro mejor.  Como dice el lema de este blog,  si la investigación le parece cara, pruebe con la ignorancia. En esas estamos.



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