viernes, 10 de octubre de 2014

Ana Mato al mando del Prestige

Nassim Taleb es posíblemente uno de los pensadores más influyentes de nuestra época.  El tema central de su obra es que el pasado no puede emplearse para predecir el futuro.   Hasta 2001 nunca hubo un ataque terrorista con aviones contra rascacielos de Nueva York. Hasta 2004 nunca hubo un atentado con más de 190 muertos en Madrid.  Hasta 2010, los funcionarios nunca habían visto reducido su sueldo.  En 2008 nuestro sistema financiero era percibido por el presidente como el más sólido del mundo.  Hasta 2011, nunca un tsunami había hecho reventar una central nuclear.  Hasta 2013 nunca  había cerrado una televisión autonómica.   Hasta otoño de 2014, Madrid no era un lugar en el que nadie pudiera contagiarse del Ébola.

  Nos está pasando como al pavo protagonista de dos  de los libros de Taleb, "El Cisne Negro" y "Anti-frágil".  Se trata de un   pavo  de corral,  en los meses previos al día de acción de gracias. Cada día que pasa, el carnicero alimenta al pavo, que va ganando peso y acumulando evidencia experimental de que el carnicero es un tipo totalmente de fiar.    La confianza del pavo crece cada día e, irónicamente, nunca es tan alta como la víspera del día de acción de gracias en las que el pavo se convierte en una cena para cuatro.

 Afirma Taleb que el pavo es como nuestros expertos en evaluación de riesgos. Expertos como los políticos,  agitando los 38.6 grados de fiebre como si fuera la velocidad de la luz, o la constante de la gravitación universal, es decir, cantidades que se pueden medir con precisión gigantesca.  Cualquier licenciado en ciencias o en ingeniería debería comprender que es absurdo confiar ciegamente en un número con decimales cuanto se trata de un sistema tan complicado como un ser humano.

Hace unos ocho años los analistas de riesgos de Lehman Brothers y otro puñado de empresas de inversión y de seguros cometieron el error de suponer que el precio dos propiedades inmobiliarias eran variables independientes, es decir, que  si bajaba el precio de una casa no tenía por qué bajar el de la otra.   En los USA aun se están intentando recuperar de aquello.  Taleb lo vió venir, y otros lo vieron venir y apostaron por ello, haciéndose multimillonarios, como cuenta Michael Lewis en "The big short".

Otro tema central de la obra de Taleb es que no entendemos el mundo en el que vivimos, y no nos damos cuenta de que no lo entendemos.  Vivimos en un mundo tan complejo que creo que ni siquiera  los científicos entendemos nuestro ámbito de estudio , tras años de trabajo.  Bien, pues ahí tenemos a Ana Mato, licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid  (oh my god)  gestionando la llegada del Ébola a Madrid.   Llamadme pesimista, pero creo que Ana Mato   está tan preparada para gestionar este follón como Stephen Hawking para boxear.

 Algún columnista ha comparado la situación con el Prestige. No.   Si al timón del Prestige hubiera estado Ana Mato, y la decisión de ponerlo a navegar en nuestra cosa la hubiera tomado el gobierno, y si en lugar de petroleo llevase ÉBOLA,   entonces,  esto sería comparable con el Prestige.  No contentos con ser malos gestores, con trincar,  con tener el país patas arriba, lo que le faltaba a la clase política es hacerle la guerra biológica a su propia población.



jueves, 9 de octubre de 2014

Más sobre el Ébola y dilemas morales

Cuando ETA secuestró a Miguel Angel Blanco,  casi todos estuvimos de acuerdo en que no se podía ceder al chantaje (pedían trasladar a los presos de ETA  a cárceles vascas).  El argumento central de por qué había que sacrificar la vida de un tipo inocente era el de la seguridad: si se cedía al chantaje una vez,  habría más secuestros de este tipo. 

Quince años más tarde, con el fin de intentar salvar la vida de dos personas que, de forma  admirable pero voluntaria, se habían puesto en peligro,  el gobierno ha cambiado radicalmente la doctrina y pone en peligro la seguridad de toda la población, de forma mucho más severa.  Y encima,  ha sido en vano. 

martes, 7 de octubre de 2014

El Ébola en Madrid, Ana Mato y los cisnes negros.

Las autoridades han pedido que no cunda el pánico y os voy a confesar una cosa: estoy aterrorizado.  Ya me da para ponerme nervioso que me pida mantener la calma  la ministra cuyo marido guardaba un jaguar en el garaje  y ella no lo sabía. Tratándose de un asunto de salud pública la admonición viene de alguien que se apellida Mato,   me voy a tomar la licencia de tener sentido del humor.

Hay pocas cosas tan inquietantes como enterarse de que las autoridades de tu país han traído a dos personas (admirables)  portadoras de un virus letal y supercontagioso a la capital y estar leyendo el último libro de Nassim Taleb sobre la incapacidad de políticos y académicos para predecir eventos improbables, pero devastadores, los "cisnes negros" que él mismo inventó.

Sí, que no cunda el pánico, pero ¿qué pasa si el contagio de la enfermera ha ocurrido a pesar de que ella ha tomado todas las medidas para evitarlo?. ¿Qué pasa si el virus ha mutado y se contagia de forma más fácil?. ¿Qué pasa si en los 6 días que la enfermera se fue de vacaciones, ya infectada, la enfermera cogió el AVE, o un avión?.  Si la enfermera muere, todo esto será un escándalo.  Si hay unos pocos contagios más, será una tragedia provocada por la irresponsabilidad de los políticos, expertos en ser generosos con el dinero de los demás, y ahora en ser solidarios arriesgando la vida de los demás.

Si hay un estallido de la epidemia en el epicentro del país,  las consecuencias pueden ser devastadoras. Centenares, miles o decenas de miles de enfermos y de muertos.   España se uniría a la lista de países pobrísimos africanos en los que te puedes morir de Ébola, con consecuencias devastadoras para todo lo que nos es querido, como por ejemplo,  la principal actividad económica del país, el turismo.    Tengo para mi que algo así cambiaría para siempre, de forma irreversible y dramática, la imagen de España.  Supongo que todos estamos en el modo mental de negación, de "no quiero ni pensarlo", pero ¿desde cuándo "no pensarlo" es algo responsable?.  No pensarlo,  eso es precisamente lo que hicieron los políticos que tomaron la decisión de traer el Ébola a Madrid.


En su libro Taleb critica con saña el intervencionismo naive del estado,  y  a los políticos que permiten que el colapso cíclico de los bancos,  un evento "cisne negro",   sea asumido por los contribuyentes, mientras que las ganancias en épocas de estabilidad van para los banqueros.   Taleb desprecia a ecomomistas, a los que acusa de charlatanes, por su pretensión de evaluar los riesgos, porque dice Taleb que los eventos altamente improbables son por definición incalculables, y que lo único que podemos  hacer es prepararnos para reducir nuestra exposición a ellos.  ¿Qué diría Taleb de nuestros gobernantes?.  ¿Qué diría Taleb de Ana Mato?.

jueves, 2 de octubre de 2014

Mi wish-list para los premios Nobel de 2014 en Física y en Química

La semana que viene se concederán los premios Nóbel en Física y en Química correspondientes a la edición de 2014.   Aquí va mi pequeña apuesta,  que no es más que una wish-list.  Advierto al lector despistado que el lenguaje de la entrada de hoy no está diseñado para no expertos.

En Física, mi apuesta es clara. Dado el impacto que está teniendo la investigación en aislantes topológicos, es para mi evidente que Michael Berry,  David Thouless y Duncan Haldane deben llevarse el premio Nobel,  por sus aportaciones revelando el papel central que juega la topología en las propiedades de muchos sistemas físicos, más allá de los aislantes topológicos, que más adelante posíblemente den lugar a otra tanda de premios Nobel (Kane, Zhang).

 El concepto de "fase de Berry" es la piedra angular de todos los desarrollos posteriores en los que el comportamiento de sistemas físicos queda vinculado a propiedades topológicas de las teorías que los describen.    David Thouless, junto con  3 coautores,  fue el primer en proponer que la conductancia Hall de gases de electrones se puede expresar como un invariante topológico, es decir, que es proporcional a un número entero.  Este concepto explica la cuantización de la conductancia Hall en sistemas con efecto Hall cuántico,  un fenómeno que desempeña un papel preponderante en la Física. Nuestra definición del cociente entre el cuadrado de la carga del electrón y la constante de Planck está basada en este efecto.    Por último, Duncan Haldane hizo en los 80 dos aportaciones centrales al campo de las propiedades topológicas de los materiales. Por un lado predijo que cadenas de spin entero y semientero tendría un espectro diferente, basándose en un argumento matemático centrado en el el llamado término topológico en la acción efectiva del sistema.   Por otro lado propuso un modelo matemático  para un material que exhibiría efecto Hall cuántico en presencia de un campo magnético cuyo valor promedio sería nulo. Este modelo fue el precursor del que 20 años más tarde usaron Kane y Mele para describir por primera vez lo que ahora llamamos un aislante topológico.

Y ahora me salgo más todavía de mi campo de  y me mojo con el premio Nobel de Química.  Aquí más que una apuesta es una exigencia de justicia: Jhon B Goodenough debe ser premio Nobel, de Química o de Física, realmente ambos valdrían.  Se lo podrían dar por sus aportaciones en la teoría del magnetismo en óxidos, un tema central en la ciencia del Estado Sólido, pero el asunto adquiere tintes de urgencia histórica cuando consideramos el papel central de su trabajo en la invención y el  desarrollo de las baterías de litio, esa cajita negra  que llevan todos los teléfonos móviles que hemos usado en los últimos años. Me cuentan que con sus más de 90 años sigue trabajando, dirigiendo proyectos,  y publicando artículos en la Universidad de Texas en Austin.  En el caso del profesor Goodenough,  con su índice h de 107, sus 4 papers con más de 1000 citas, incluido uno de 2010 (!!), y sus más de 44 mil citas en total,  tengo para mi que gana más prestigio el premio Nobel al dárselo a él que viceversa.