Como madrileño de adopción, la eficaz campaña mediática de los últimos días estaba empezando a conseguir que me hiciera ilusión que organizásemos unos Juegos Olímpicos. Esto, a pesar de que como ciudadano me parecía el último truco de nuestra clase dirigente para no enfrentarse a su responsabilidad, a saber, la de sacar al país adelante todo los días un poquito, y no a base de pelotazos y eventos planetarios.
Este blog gira en torno a la idea que la única senda que proporcionará a España un futuro próspero pasa por que diversifiquemos nuestra economía, desarrollando nuestra capacidad de crear tecnología útil. Creo además que, de no hacerlo así, nos quedaremos donde ya estamos, es decir, en la ruina. Ya nos hemos cansado de leer y de escribir que somos un país de 6 millones de parados, pero sigue siendo así. No se si nuestra clase política tiene alguna clase de plan para sacarnos del hoyo pero, si así fuera, el plan no parece que incluya desembrutecer a la gente con un sistema educativo que fomente el sentido crítico, la cultura del esfuerzo (aquí Wert va en la buena dirección y contra corriente), y apostar por la investigación y la innovación.
El caso es que lo de Madrid 2020 se nos estaba vendiendo como un gran proyecto colectivo en el que creer, algo en torno a lo que vertebrar el sentimiento nacional. A este respecto, quiero compartir una alternativa brillante que propone mi colega Francisco Rivadulla, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela y miembro del selecto grupo de galardonados con el ERC award. Es palabras de mi colega, "¿qué tal si nos planteamos poner 17 universidades (una por comunidad autónoma) entre las 500 primeras del ranking de Shangai y 3 entre las 100 primeras, de aquí a 2020?". Ahí tenemos como sociedad un desafío que, en buena parte, no depende más que de nosotros mismos. No tenemos que esperar que los miembros del COI nos den el visto bueno. No se trata de una quimera, tres universidades entre las 100 primeras nos pondrían al nivel de Israel y Bélgica, y en esto le ganaríamos a Japón, que solo tiene 2. Todavía quedaríamos por detrás de Suiza y Alemania (4), y muy por detrás de California que tiene 9 entre las 50 primeras, y 3 en el top 10.
La inversión será posiblemente mucho menor que los más de 6 mil millones que dicen que ya hemos gastado en Madrid, y el debate que se generará en torno a como conseguirlo nos dará más rendimiento que construir una Villa Olímpica. Mi sobrino mayor acaba de cumplir 10 años. Para 2020 estará terminando su educación secundaria y pensando en ir a la Universidad. ¿Podrá optar a estar en una de las 100 mejores Universidades del mundo sin salir de España?. Por esto si que merece la pena luchar, y desilusionarse si no lo conseguimos, y seguir perseverando en el empeño.
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